Por Sandra Medrano, OD.
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Qué hacer en la Diplopia Adquirida
¿Qué Hacer en la Diplopia Adquirida?
Sandra Medrano, OD., Franja Visual
Editora del área de Entrenamiento Visual
“Para el clínico, el reto radica en la complejidad de identificar la etiología y determinar el manejo adecuado.”
El manejo de la diplopía representa un desafío tanto para la persona que la experimenta como para el profesional de la salud visual y ocular que atiende el caso. Para el paciente, implica una alta carga emocional debido a su percepción alterada de la visión y su impacto en la vida cotidiana. Para el clínico, el reto radica en la complejidad de identificar la etiología y determinar el manejo adecuado.
La diplopía en principio debe verse como un síntoma de posible causa neurológica o de disfunción de la vergencia, que es esencial identificar con precisión para gestionar su correcto manejo. Para ello, es fundamental realizar una anamnesis exhaustiva que permita obtener información clave para entender diferentes aspectos alrededor de su presentación, como el tiempo que lleva el episodio, la dirección de la diplopía, enfermedades sistémicas, episodios de estrés, signos sistémicos asociados, antecedentes de cuadros virales en días anteriores, traumatismos o accidentes recientes.
Evaluación de la Diplopía
Cuando el paciente acude a consulta es fundamental realizar una anamnesis detallada para determinar si la diplopía es monocular o binocular. En la primera, la causa suele ser refractiva (como el astigmatismo) interpretado como visión doble por parte del paciente. También podría deberse a una alteración a nivel de la retina o subluxación del cristalino (Iliescu et al., 2017).1 Este tipo de diplopía no tiene asociación con causa neurológica o cerebral, por lo que el manejo debe ser coherente con el hallazgo. Ver Tabla 1.
Si se descarta la diplopía monocular, y esta se presenta claramente con los dos ojos abiertos, es necesario analizar siempre sus características de presentación: si es vertical, horizontal o combinada; si está asociada únicamente a la fatiga (por ejemplo, después de trabajar mucho tiempo en visión cercana), si se presenta solo de cerca o de lejos, o si es constante. Esto facilitará la identificación de las posibles causas relacionadas con la exploración clínica y, así mismo, brindará mayor claridad respecto al manejo. Ver Tabla 2.
Una de las formas más comunes de presentación de las diplopías adquiridas que llegan a la consulta es la parálisis oculomotora. De hecho, en un análisis bibliométrico de más de 20 años, se ha observado una tendencia al aumento anual de publicaciones en este tema, lo cual refleja un mayor interés de la comunidad científica. Es sorprendente observar que una gran parte de los pacientes con esta condición (aproximadamente el 23 %) tienen causas desconocidas que, en muchas ocasiones, se relacionan con episodios de estrés. El 20.7 % se relacionan con lesiones vasculares, mientras que el 16.2 % se asocian con otras causas.
Tabla 1. Condición presente y manejo en diplopías monoculares (elaboración propia)
Tabla 2. Característica de diplopía binocular, sospecha diagnóstica y manejo recomendado (elaboración propia).
Con trauma craneal, el 14 % de los casos de diplopía adquirida están asociados, mientras que el 13.8 % se deben a aneurismas y el 11.7 % a tumores (Wang et al., 2023).3 La incidencia de esta condición ha aumentado, con mayor prevalencia en adultos mayores, lo cual puede afectar significativamente la calidad de vida de estas personas (Jung EH et al., 2020).4 Este grupo de pacientes enfrenta dificultades para desenvolverse en su entorno con seguridad.
Tradicionalmente, el manejo propuesto para estos casos es ocluir el ojo parético; sin embargo, esto también genera un cambio abrupto para la persona al restar la posibilidad de rastreo de información periférica a través de su sistema magnocelular para el comando de la respuesta motora. Además, la visión binocular desempeña un papel fundamental para el cálculo de las distancias al caminar, subir o bajar escaleras (Bonnen et al., 2021).5
Una alternativa sencilla, económica y cómoda para el paciente es usar oclusión parcial en las zonas en las que se presente la diplopía sobre unos anteojos, para evitar la restricción total de ingreso sensorial y permitir una mejora en el desempeño visoespacial.
Por último, es importante tener en cuenta el impacto emocional que las complicaciones en la motilidad ocular pueden generar en los pacientes. Es fundamental brindarles un enfoque interdisciplinario que no solo beneficie su salud física, sino también contemple el uso de alternativas que propicien un mejor desempeño en sus actividades diarias, mejorando así su calidad de vida.
REFERENCIAS
1 .Iliescu, D., Timaru, C., Alexe, N., Gosav, E., De Simone, A., Batras, M., & Stefan, C. (2017). Tratamiento de la diplopía. Romanian Journal Ophthalmology., 61(3), 166–170.
2. Scheiman, M., & Wick, B. (2018). Clinical Management of binocular vision .
3. Wang, R., Gao, Y., Wu, S., Cai, X., Yu, T., & Wang, L. (2023). Research hotspots and trends of oculomotor nerve palsy from 2001 to 2021 based on web of science: A bibliometric analysis. Frontiers in Neurology, 14(1112070), 14.
4. Jung EH, Kim SJ, Lee JY, & Cho BJ. (2020). The incidence and etiologies of third cranial nerve palsy in koreans: a 10-year nationwide cohort study. Ophthalmic Epidemiol, 27, 460–467.
5. Bonnen, K., Matthis, J. S., Gibaldi, A., Banks, M. S., Levi, D. M., & Hayhoe, M. (2021). Binocular vision and the control of foot placement during walking in natural terrain. Scientific Reports, 11(1). https://doi.org/10.1038/s41598-021-99846-0